La FDA autoriza la comercialización de un nuevo fármaco para tratar la tuberculosis multirresistente

Se trata del primer fármaco que la agencia reguladora aprueba en los últimos cuarenta años para tratar dicha afección.

El pasado mes de diciembre, la Agencia de la Alimentación y el Medicamento de EE UU (FDA, en sus siglas en inglés) aprobó de forma acelerada bedaquilina (Sirturo; antes conocido como TMC207) como parte de un régimen de combinación para tratar la tuberculosis pulmonar multirresistente en adultos. Se trata del primer fármaco antituberculostático aprobado en más de 40 años.

Bedaquilina tiene el potencial de mejorar el tratamiento de la tuberculosis multirresistente a los fármacos, una variante mortal y difícil de tratar que afecta a más de un millón de personas en el mundo y de la que solo cerca de la mitad de los pacientes tratados se recupera.

Aunque a finales de noviembre el Consejo Asesor de Fármacos Antiinfecciosos de la FDA votó de forma unánime a favor de la eficacia de bedaquilina en el tratamiento de la tuberculosis multirresistente, dicho panel de expertos emitió sus opiniones y preocupaciones sobre la seguridad del fármaco. La decisión final adoptada por la agencia norteamericana siguió el trámite de aprobación acelerada, un procedimiento que permite a la FDA aprobar fármacos para tratar enfermedades graves sobre la base de criterios de valoración subrogados o indirectos que tengan una probabilidad razonable de predecir un beneficio clínico. Este sistema permite a los pacientes tener un acceso temprano a nuevos fármacos prometedores mientras las compañías farmacéuticas llevan a cabo estudios adicionales que confirmen sus beneficios clínicos y su seguridad.

Además, dado que bedaquilina viene a satisfacer una necesidad médica no cubierta y trata un tipo de tuberculosis poco habitual, aparte de recibir la designación de aprobación acelerada y de revisión prioritaria, tiene el estatus de medicamento huérfano.

Este antituberculostático, que pertenece a la familia de las diarilquinolinas, tiene un novedoso mecanismo de acción que actúa bloqueando la síntesis del ATP de la membrana celular una enzima que provee energía al Mycobacterium tuberculosis–, lo que le permite permanecer activo contra las bacterias que han desarrollado resistencia a los fármacos antituberculosos actualmente disponibles.

En un par de ensayos clínicos de fase II que inscribieron en total más de 400 pacientes, el fármaco utilizado como parte de un régimen de combinación con otros antituberculosos consiguió aclarar la bacteria de la tuberculosis de los cultivos de esputo de forma más rápida que placebo usado junto con otros antituberculosos. En el ensayo más amplio, el 78% de los pacientes que recibieron bedaquilina lograron aclarar la bacteria de los cultivos de esputo a la semana 24, lo que se produjo en una mediana de 83 días, en comparación con el 58% y los 125 días de mediana observados en el grupo al que se administró placebo.

Los efectos secundarios más comunes asociados con bedaquilina fueron náuseas, dolor en las articulaciones y dolor de cabeza. En los ensayos clínicos, los acontecimientos adversos se produjeron de forma más frecuente entre los participantes que recibieron bedaquilina que entre los que se administró el placebo. Cabe destacar que nueve pacientes que recibieron bedaquilina murieron en comparación con dos participantes que tomaron placebo (11% frente a 3%, respectivamente).

Aunque muchos efectos secundarios y muertes fueron provocados por la propia tuberculosis, no está claro si el fármaco también podría haber contribuido a ello. Por tal motivo, el consejo asesor de la FDA que se encargó de revisar los resultados de los ensayos clínicos ha solicitado más datos relativos a la potencial toxicidad hepática o cardíaca. Se prevé que este año se inicie un ensayo de fase III que permitirá obtener más datos sobre la seguridad de bedaquilina.

En el envase del fármaco se incluirá un recuadro de advertencia que ponga sobre aviso a pacientes y médicos de que bedaquilina podría afectar la actividad eléctrica cardíaca, provocando la prolongación del intervalo QT en el resultado de los electrocardiogramas (ECG), que se asoció con un mayor riesgo de muerte en los ensayos clínicos.

Los grupos de activistas en el ámbito de la tuberculosis han aplaudido la aprobación acelerada de bedaquilina. “El fármaco es necesario para los casos urgentes en los que los pacientes tienen pocas opciones de tratamiento”, ha señalado el activista Nathan Geffen, de Treatment Action Campaign en Sudáfrica. Sin embargo, los activistas reclaman la realización de los ensayos clínicos de fase III cuyos resultados garanticen la seguridad del fármaco y el beneficio en términos de supervivencia. Además, se deberán efectuar estudios específicos que incluyan a personas coinfectadas por tuberculosis y VIH, un grupo de pacientes en los que todavía no ha sido estudiado el fármaco, niños y llevar a cabo estudios de interacciones entre bedaquilina y otros fármacos antituberculosos y antirretrovirales disponibles en la actualidad o en investigación.

La empresa farmacéutica responsable del producto -Janssen Infectious Diseases BVBA- se ha comprometido a realizar estos estudios a la mayor celeridad. Además, fijarán un precio para el fármaco que lo haga accesible tanto en países de ingresos bajos como medios a los que afecta de forma desproporcionada la tuberculosis y en los contextos de baja incidencia donde los programas de tuberculosis reciben menos recursos.

Fuente: gTt-VIH